Para muchos, la buena visión significa buena salud ocular. Pero eso no es necesariamente así. Los exámenes oculares periódicos pueden detectar problemas antes de que sea demasiado tarde y esa puede ser la única forma de salvar su visión.
Para 2020, Millones de personas estarán en riesgo de una pérdida de visión significativa o de quedar ciegos por enfermedades oculares relacionadas con la edad, como cataratas, retinopatía diabética, glaucoma y degeneración macular, un incremento de más del 50 por ciento sobre el número actual de pacientes con estas enfermedades. A pesar de las estadísticas, muchos se preocupan más por el sobrepeso o el dolor de espalda que por la pérdida de la visión.
El Dr. Aaron Weingeist, oftalmólogo de Seattle, examina frecuentemente a pacientes que pensaban que estaban muy bien. «Por ejemplo, un hombre de 38 años, por lo demás de apariencia saludable, llegó a mi consultorio quejándose de visión levemente borrosa», según dijo. «Su visión era casi perfecta, pero después de dilatar sus pupilas, vi que tenía hemorragias severas y puntos inflamados en ambos ojos. Aunque tenía historia familiar de diabetes y había experimentado síntomas similares cinco años atrás, nunca se había hecho un examen de control ni ninguna otra prueba. Ahora tiene que hacer frente a una retinopatía diabética, pero está agradecido de haber obtenido al fin un diagnóstico».
Es por esto que es muy importante hacerse exámenes oculares en forma periódica y para quienes nunca han consultado un oftalmólogo — deben hacerlo a los 40 años. Esta es la edad a la que se presentan los signos tempranos de enfermedad ocular y se pueden experimentar cambios en la visión por primera vez, aunque aparentemente se tenga una visión perfecta. Para personas de cualquier edad con síntomas de enfermedad ocular o en riesgo de presentarla (como quienes tienen historia familiar de enfermedad ocular, diabetes o hipertensión), la Academia recomienda que consulten a su oftalmólogo para determinar la frecuencia con la que deben hacerse exámenes de control. Con base en los resultados de este examen de detección inicial, un oftalmólogo prescribirá los intervalos necesarios para los exámenes de seguimiento.
«Las enfermedades de los ojos son más comunes a medida que envejecemos. Al hacerse un examen oftalmológico completo y continuar con exámenes periódicos con base en las recomendaciones del médico, se podrá salvar la visión o prevenir que siga deteriorándose. Ya se trate de glaucoma primario de ángulo abierto, retinopatía diabética o retinitis pigmentosa, los exámenes periódicos practicados por un oftalmólogo pueden monitorear la enfermedad desde el comienzo y evitar que empeore. Con frecuencia, los pacientes con enfermedad ocular no tienen síntomas reconocibles a menos que la enfermedad esté ya muy avanzada», señala el doctor Weingeist. «Sólo pueden prevenirse los problemas de visión si se identifican, se monitorean y se tratan de forma temprana».
Dr. Weingeist / AAO