Los espasmos pueden durar períodos irregulares de tiempo, de días a meses, y pueden aparecer y desaparecer al azar. Mientras que la contracción no es dolorosa, puede ser molesta. En la mayoría de la gente, la contracción muscular desaparece por sí sola con el tiempo, aunque a veces puede volver.
Usted debe consultar a su oftalmólogo si alguna de las siguientes condiciones sucede:
- La contracción dura más de una semana;
- Su párpado se cierra involuntariamente después de cada contracción;
- Su ojo está enrojecido, hinchado o tiene secreciones, o sus párpados están caídos.
En muy pocos casos, la contracción muscular puede ser un síntoma temprano de un desorden crónico de movimiento, especialmente si otros espasmos faciales se desarrollan adicionalmente a los de los ojos. Si usted desarrolla espasmos o contracciones musculares en otras partes de su cara, busque atención médica inmediata.
Ciertos elementos se asocian con el desarrollo de un movimiento involuntario del ojo o pueden prolongarlo, entre ellos:
- El alcohol;
- La cafeína;
- Fatiga;
- Irritación de la superficie del ojo o el interior de los párpados;
- Falta de sueño;
- Esfuerzo físico;
- Fumar cigarrillos;
- Estrés.
La herencia puede estar relacionada con el desarrollo de un blefaroespasmo en contados casos.
Otras condiciones oculares pueden suceder antes de un blefaroespasmo o al mismo tiempo. Estas incluyen blefaritis, ojo seco, sensibilidad a la luz y la conjuntivitis (ojo rojo).
En muy raras ocasiones, los espasmos pueden ser una señal de un desorden del cerebro o el sistema nervioso, como una parálisis de Bell o la enfermedad de Parkinson. En estos casos, la afección del ojo es, por lo general, sólo una parte de los síntomas.
Academia Americana de Oftalmologia